Las anémonas y los Actinodiscus forman parte de la subclase Hexacoralina (Cnidarios anthozoos de 6 tentáculos).
A la hora de poblar un acuario de arrecife son uno de los invertebrados más populares dada la facilidad para su alimentación y las curiosas relaciones simbióticas que pueden aportar al acuario.
A simple vista pueden parecer flores de exuberantes formas y colores. Nada más lejos de la realidad. Las anémonas son animales, y además, predadores.
En efecto, sus gráciles y coloreados tentáculos esconden una de las armas más efectivas del reino animal, los nematocitos. Estas células altamente especializadas contienen aguijones venenosos que, dependiendo de cada especie, son más o menos poderosos. Algunos son capaces de atravesar la piel humana, así que ¡cuidado al manipularlos!.
Las anémonas son capaces de inyectar, con estos aguijones, venenos paralizantes a sus presas para poder luego introducirlos en su estómago y digerirlos tranquilamente.
Las anémonas completan su dieta con plancton, que se adhiere al mucus de sus tentáculos. Esta alimentación es más típica de los actinodiscus, que carentes de tentáculos tienen su piel cubierta de un mucus viscoso diseñado para atrapar el plancton más diminuto que otros invertebrados son incapaces de capturar. El mejor plancton que podemos ofrecer a nuestros invertebrados el que se puede encontrar congelado en nuestro comercio habitual (ojo, siempre el de color rojo no el verde).
No podemos terminar el capítulo de la alimentación sin mencionar la aportación a la dieta que realizan estos invertebrados a través de su relación con las algas llamadas Zooxantelas. La relación simbiótica con las Zooxantelas es muy frecuente en la clase Anthozoa.
Las Zooxantelas están presentes en la gran mayoría de anémonas y actinodiscus, aunque no en todos sus representantes. Como ya sabréis, estas algas ocupan un lugar entre la epidermis y la cavidad gástrica de muchos invertebrados (entre ellos anémonas y actinodiscus), los invertebrados procuran luz y un «espacio seguro» a estas algas bajo su piel y por su parte, las Zooxantelas aportan nutrientes a través de la fotosíntesis (fosfatos, compuestos nitrogenados y compuestos carbónicos), nutrientes que se convierten en materia orgánica asimilable por los invertebrados.
Por este motivo uno de los requisitos indispensables a la hora de mantener invertebrados en nuestro acuario es proporcionarles una buena luz. La mejor luz es una combinación de halogenuros metálicos de 10.000ºK y luz actínica (azul).
Pero las anémonas son más conocidas por otras relaciones simbióticas a parte de la que mantienen con las Zooxantelas: su casi inevitable unión al género Amphiprion de peces y a los géneros Periclimenes y Neopetrolistes de los crustáceos. Aunque existen casos de relación entre anémonas y algunas especies de gobios e incluso alguna damisela (D. trimaculatus).
El «huésped» por excelencia son las especies del género Amphiprion. La relación de los payasitos con la anémona comienza antes incluso de la eclosión de sus huevos. Los payasitos desovan junto a la anémona y protegen celosamente a sus crías. Antes de que los alevines se despeguen de la roca y comiencen a nadar libremente ya son puestos en contacto con los tentáculos de la anémona que será su primer hogar. El procedimiento de presentación al alevín de su anémona es muy curioso. Los padres toman un tentáculo y lo frotan repetidas veces por su puesta. Parece ser que este es el momento en que la mucosa del pez se «inmuniza» a la picadura de la anémona y viceversa, los nematocitos del tentáculo de la anémona deja de reconocer el mucus de la piel del payasito como un suculento bocado. Este proceso es vital para todo el género Amphiprion, gracias a él conseguirán ocupar uno de los lugares más seguros del arrecife, donde se desarrollarán y reproducirán en unas condiciones de privilegio para la conservación de su especie. Ha habido muchas teorías que intentaban explicar este comportamiento y el porqué la anémona no utilizaba sus armas mortales contra estos «inquilinos». Lo que consiguen peces y crustáceos es obvio: un lugar seguro capaz de disuadir la acción predadora de cualquier enemigo. Pero ¿Qué consigue la anémona?. La respuesta es simple, parece que en realidad no consigue nada. Tras los últimos estudios parece claro que lo que en realidad hacen los peces payaso es recubrir su piel de una substancia inhibidora del ataque de los nematocitos, con la cual se convierten en «invisibles».Para la anémona simplemente no hay nadie en casa. Otros estudios son más benevolentes con los payasitos y apuntan a que aunque a primera vista la anémona no «saca partido» de su relación con el payaso, este la mantiene limpia de impurezas y restos, además, gracias a sus brillantes colores, el payaso hace de cebo para la anémona. Las anémonas más comunes y las más indicadas para poblar nuestro acuario son: |
- Condylactis: Conocidas como anémonas del Atlántico. Contienen Zooxantelas y para su mantenimiento sólo requieren buena luz y algo de plancton para su alimentación (El mejor plancton es el congelado de color rojo). En la naturaleza no se han observado relaciones con Amphiprion, aunque en cautividad un payasito desesperado puede llegar a habitarla.
- Macrodactyla doreensis: (Similar a la anterior). Buena para Amphipriones.
- De la familia Stichodactylidae las Heteractis (Radianthus) y las Stichodactylas (anémonas de tentáculo corto) son las más conocidas. El género Heteractis incluye las 4 especies más conocidas de las anémonas simbióticas.
Todas estas comparten unas características comunes; tienen largos y delgados tentáculos y una base retráctil capaz de fijarse fuertemente al substrato y también capaz de despegarse para buscar un lugar más «confortable» (Como muchos de nosotros hemos podido comprobar desalentadoramente tras prepararles el lugar que nosotros creíamos más idóneo en el acuario).
Dentro de las Heteractis, las Heteractis magnificas son con las que mejores experiencias he tenido. Aceptan diferentes clases de comida como artemia, trozos de pescado o gambas, mysis y almejas. Esta anémona también utiliza Zooxantelas por lo que requiere unas buenas condiciones de iluminación.
La reproducción de las anémonas puede ser sexual o asexual mediante la división longitudinal de su cuerpo en dos. Este fenómeno no es raro de contemplar en un acuario con buenas condiciones.
El género Stichodactyla es fácil de reconocer, son las llamadas anémonas de tentáculo corto. Pueden alcanzar tamaños considerables (Hasta 1 m) aunque las que se comercializan están entre 10 y 30 cm. La más indicada para el acuario es la Stichodactyla haddoni (o Stichodactyla coloreada). Requiere una concienzuda alimentación. Quien quiera observar una pareja de Amphiprion clarkii o polimnus en esta anémona ya puede olvidarse de tener corales duros y blandos o pólipos puesto que esta Stichodactyla es una de las más venenosas, pudiendo llegar a esparcir su veneno si siente amenazado su espacio (Cuidado al manejarla, utilizar siempre una bolsa de plástico como guante).
Muy cercano al orden Actinario (Anémonas) se encuentra el llamado orden Corallimorpharia formado por las comúnmente llamadas anémonas disco o Actinodiscus. Los Actinodiscus están ampliamente distribuidos por todos los mares del mundo. Podemos separarlos en tres grandes grupos: Ricordeidae (Ricordea florida) Los Ricordeidae y los Discosomas poseen algas simbióticas, el resto carecen de ellas. Al igual que otros Cnidarios, utilizan los compuestos orgánicos producidos por éstas algas para su alimentación. Existen unas especies (Ampleadiscus sp.) que capturan a sus presas con la misma táctica que las plantas carnívoras, cerrándose sobre su presa formando un receptáculo sin salida. Pero la forma más común de alimentación y propia de los Actinodiscus aptos para acuario es la de atrapar microplancton (gracias al mucus adherente que recubre su superficie). Habitualmente se puede observar la reproducción asexual por partición en cualquier acuario en buenas condiciones. Este invertebrado debería ser uno de los primeros para cualquier aficionado, dado su sencillo y agradecido mantenimiento. No es conveniente juntar diferentes especies de Actinodiscus, debemos procurar separar las diferentes especies todo lo posible, así como de otros invertebrados más delicados (Como corales blandos y duros). Las anémonas disco pueden producir toxinas capaces de dañar a cualquier invertebrado cercano que ponga en peligro su expansión, sin embargo, siempre que cumplamos las recomendaciones que aquí hacemos, las anémonas disco son excelentes animales para iniciarnos en el mantenimiento de invertebrados marinos. |
Ricordea florida Pertenece: Advance Aquarist Discosoma (actinodiscus) Pertenece: Togar |