No es la primera vez que me encuentro con clientes que han decidido, por un motivo u otro, el empleo de filtros presurizados, filtros de canasta o filtros exteriores en sus acuarios marinos.
Su empleo no es recomendable en acuarios de este tipo por las razones que vamos a explicar a continuación. Sin embargo si no queda otro remedio que emplearlo existen unas recomendaciones sencillas que podemos aplicar para reducir sus contraprestaciones.
Los filtros presurizados aplicados de forma general en la acuariofilia de agua dulce no deben ser implantados en sistemas marinos por las siguientes razones:
Este tipo de filtro plantea la filtración dividida en tres etapas que van de mayor a menor porosidad. Su finalidad es ofrecer grandes superficies para la colonización bacteriana responsable de sintetizar el amoniaco y el nitrito. El resultado de un filtro bien instalado y en funcionamiento es la producción de nitrato, fosfato y CO2.
En entornos acuáticos de agua dulce el nitrato y el fosfato no son tan dañinos, en relación con las algas, como lo es en agua salada. Los acuarios de arrecife han de ser muy pobres en compuestos nitrogenados y fosfatos por lo que este tipo de filtro aplicado en estos sistemas conducirá si o si al mantenimiento de abundantes colonias de algas.
Por otro lado el CO2 que en acuarios de agua dulce contribuye a la acidificación del agua beneficiando ciertos entornos y biotopos en agua salada contribuye a la desestabilización de la reserva de alcalinidad y por tanto del Ph, además de ser una excelente nutriente para la acción fotosintética de las algas.
Por orden de mayor a menor porosidad, en este tipo de filtros se instalan canutillos cerámicos y esponjas de foamex cuya finalidad es retener las partículas mayores de desecho para que no saturen los sustratos biológicos que se instalan a continuación. Estos primeros sustratos en realidad no filtran nada, sólo retienen el desecho. Filtramos cuando los limpiamos nosotros. Por tanto estamos haciendo pasar varias veces a la hora el agua del acuario a través de la suciedad retenida. El sustrato biológico que se instala a continuación es el menos dañino de las diferentes cargas filtrantes. Sobre él se instalan las mismas bacterias nitrificantes que en la roca viva y sustrato del acuario pero con la desventaja de no ofrecer un entorno adecuado a las bacterias anaeróbicas que sintetizan nitrato. Por último, las cargas de menor porosidad como el perlón encargadas de retener las partículas más pequeñas. Presentan las mismas contra prestaciones que las primeras cargas mecánicas por lo que se deberían eliminar. |
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En casi todos los filtros externos utilizados en agua dulce se colocan tras las cargas comentadas la filtración química compuesta por carbones y diferentes resinas. El uso de carbón no debería ser empleado de forma general en los acuarios marinos, además la calidad del carbón que se suministrar con estos filtros no es adecuada.
Las resinas que podemos utilizar como última carga en realidad es una perdida de dinero ya que no estamos haciendo más que tratar de absorber los nutrientes que no paramos de generar voluntariamente con el filtro.
Si ya disponemos de un filtro de este tipo, porque nos lo han vendido o por cualquier otro motivo o no disponemos de suficientes recursos para dotar a nuestro acuario de los sustratos filtrantes adecuados como son la suficiente roca viva y los sustratos de aragonita natural, podemos seguir las siguientes recomendaciones:
No colocaremos ningún tipo de filtración mecánica, prescindiremos de perlones, esponjas y demás sustratos como redes y similares.
Sustituiremos los sustratos cerámicos orientados a la filtración biológica por cargas de hidrocarbonato de calcio empleada en los reactores de calcio. Estas piedras son en realidad esqueletos de coral. Estos esqueletos compuestos por aragonita entre otros elementos además de ofrecer una superficie excelente a la colonización bacteriana se irán disolviendo lentamente por la acción del CO2 liberando al acuario bicarbonato de calcio por lo que realizarán cierta acción tamponadora del Kh.
Sustratos como el Caribsea Arm Extra Coarse que vienen enriquecidos con magnesio y oligoelementos serían de entre todos los sustratos de calcio posibles lo más recomendable.
Si no disponemos de suficientes recursos para dotar al acuario de la cantidad necesaria de roca viva existe un tipo de filtro que podemos emplear que no presenta tantas contra indicaciones como los externos o presurizados. Se trata de los filtros de lecho fluido.
El tamaño de la arena que contienen deshace literalmente el desecho en el interior del reactor. Su constante movimiento además genera una máxima colonización de bacterias nitrificantes. La pega que presentan es que han de ser alimentados por una bomba exterior que por lo general se coloca en el acuario con lo que se ocupa espacio y se pierde estética. Ver ejemplo de filtros de lecho fluido