Con este artículo continuamos hablando de elementos importantes para mantener un acuario con éxito. En este caso vamos a tratar sobre los materiales filtrantes que podemos utilizar en los sistemas de filtrado y sus distintas particularidades.
Podríamos comenzar hablando de la eliminación de desechos. Si nos paramos a pensar durante un momento en los hábitats naturales, observamos que todos ellos tienen la cualidad de poder regenerar los detritos y otros desechos orgánicos de forma natural. Estos elementos dañinos son controlados en todo momento y convertidos en materias reutilizables.
Obviamente esto no va a suceder nunca en un recinto de reducidas dimensiones como es el acuario. En él los desechos procedentes de las deposiciones de los animales, los restos de alimento no consumido, las hojas muertas o los cadáveres no son disueltos automáticamente por una gran masa de agua sino que permanecen durante mucho tiempo y se transforman en sustancias dañinas como pueden ser el amoniaco, el nitrito o el nitrato. Aquí es donde la técnica y la mano del acuariofilo interviene para mantener estos productos nocivos en unos niveles aceptables.
El acuariofilo debe concentrar su actividad en mantener una periodicidad estable en los cambios de agua, en realizar el sifonado y en el cambio de las materias que realizan el filtrado del agua con residuos para obtener de nuevo agua en perfecto estado. Lo primero que debemos tener en cuenta es que cuanto mejor sea el sistema elegido, mayores posibilidades tendremos después de mantener saludablemente cualquier especie, obtener crías y mantener un tanque equilibrado.
La regla de a cuanto mayor sea el filtro mejor, es totalmente aplicable, siempre que se tenga en cuenta las necesidades de los seres vivos que vayamos a mantener, en cuanto a necesidades de corriente y de cantidad de oxígeno se refiere.
Canutillos cerámicos
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Carbón activado
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Esponjas y perlón
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Lo mismo debemos aplicar a la potencia de la bomba. Cuanto mayor volumen de transferencia genere será mejor. La regla que debemos observar para un acuario comunitario sería la de proveer un volumen de filtrado igual a la mitad de la capacidad del tanque a la hora. Después claro esta, deberemos de tener en cuenta las necesidades de los animales, que dependiendo de la especie pueden disparar este volumen y necesitar hasta tres veces la capacidad del tanque a la hora.
Una cosa es el volumen de transferencia que genera y otra es el rendimiento. Según van pasando los días las cargas utilizadas se van copando de residuos y por tanto la contaminación va en aumento. Lógicamente el volumen de agua intercambiado será el mismo pero no la efectividad del filtrado. Sino se renuevan estas cargas el proceso de filtrado no va ha dar ningún resultado y dependiendo de la carga empleada nos vamos a arriesgar a que lo retenido regrese de nuevo al tanque.
Filtración mecánica
La filtración mecánica es la primera barrera de retención de los productos nocivos. Es la encargada de retener las distintas partículas en suspensión impidiendo que lleguen a la parte biológica y que retornen de nuevo al acuario. Su porosidad determina el tamaño de las partículas que serán retenidas.
Las principales cargas de filtración mecánica serían las esponjas y el perlón. Las esponjas pueden constituir un prefiltro óptimo debido a que son reutilizables, se pueden lavar y son sencillas de cambiar. Lógicamente solo retienen aquellas sustancias lo suficientemente grandes como para no pasar entre ellas.
El perlón es una carga mecánica todavía mejor, su poro es mucho más pequeño y por tanto la variedad de tamaños de sustancias retenidas es considerablemente mayor. El perlón no es reutilizable. La filtración mecánica no es infranqueable y tiene algún inconveniente. El principal inconveniente se encuentra en que las sustancias retenidas siguen descomponiéndose y mientras no sean eliminadas las cargas. Las sustancias más pequeñas pueden devolverse al acuario. |
Otras cargas mecánicas disponibles serían la tierra de diatomeas y el carbón activado. La tierra de diatomeas esta compuesta por la concha de unas caracolas de tamaño diminuto muy porosas y que tienen la capacidad de retener partículas extremadamente pequeñas. Entre estas partículas susceptibles de ser recogidas se encuentran los parásitos que se encuentran en el agua y diversos tipos de algas, como las unicelulares. A este filtrado se le conoce como filtro de pulido y se utiliza para la limpieza de tanques.
El carbón activado posee una gran porosidad y puede retener sustancias muy pequeñas, incluidos los pigmentos. Debido a ello se utiliza para la eliminación de toxinas, residuos de medicamento y otros elementos que enturbian el agua. El carbón sólo debe ser utilizado durante cortos periodos de tiempo y después se retira. De lo contrarío al saturarse devuelve de nuevo todas las sustancias retenidas al acuario.
Filtración biológica
Los seres vivos que mantenemos producen compuestos contaminantes en forma de heces y orina. Estos desechos conocidos como compuestos nitrogenados son tóxicos y debemos eliminarlos del acuario bien a través de cambios periódicos de agua o bien a través de cargas filtrantes.
La descomposición de estos compuestos corre a cargo de las colonias bacterianas que se crean en el filtro. Con la suficiente cantidad de oxígeno unas bacterias transforman el amoniaco en nitrito y otras el nitrito en nitrato, que ya es un compuesto asimilable por algunos seres vivos como las algas y las plantas y es menos tóxico. Este es el proceso al que se denomina ciclo del nitrógeno.
Las bacterias sólo pueden asentarse en materias filtrantes apropiadas. Materias que ofrezcan el suficiente espacio de asentamiento y mantengan una densa cantidad de oxígeno. Las principales cargas biológicas que podemos encontrar son los canutillos de cerámica disponibles en diversos tamaños, grava porosa y piedrecillas de cuarzo. También existen en el mercado unos objetos esféricos fabricados en plástico conocidos como biobolas.
Debemos de tener en cuenta que el proceso de filtrado no es completo. Para que las sustancias tóxicas desaparezcan por completo los nitratos deberían ser descompuestos de nuevo en nitrógeno inocuo. Pero esto no se produce por lo que se deberá de realizar cambios parciales de agua. El Nitrato en grandes cantidades también es dañino. Además de hacer proliferar la colonia de algas.
Cuando montamos por primera vez el acuario debemos saber que la colonia bacteriana no se crea instantáneamente por lo que deberemos de darle un margen de tiempo para que se creen. Esto proceso es lo que se conoce como madurar un acuario.
Por último a la hora de mantener esta colonia es importante que cuando se limpie no se haga todo a la vez, sino que se divida en dos partes. Así no perdemos capacidad biológica de filtrado. Con aclarar la carga en agua del acuario será suficiente. Nunca deberemos hacerlo con agua del grifo, puesto que el cloro es dañino, ni con agua caliente. Debemos tener la precaución de no tener la carga fuera del agua por más de media hora. Tampoco es conveniente tener el filtro parado más de dos horas. Si no existe el aporte suficiente de oxigeno las bacterias podrían morir en masa y al reiniciar la marcha el acuario podría verse invadido por millones de cadáveres microscópicos que alterarían los niveles de las compuestos nitrogenados.
Filtración química
La filtración química no es un proceso propio de filtrado. Debido a que son muchos los filtros con capacidad para albergar estas sustancias, se incluyen como si fueran cargas. Existen diferentes sustancias que realizan un proceso químico. Estas serían los intercambiadores de iones que reducen con su utilización la dureza de carbonatos y la dureza de sulfatos. Existen otros intercambiadores o resinas que incluso retienen nitritos y fosfatos.
Debemos incluir en está sección de nuevo al carbón activado que debido a su gran porosidad retiene gran cantidad de sustancias químicas disueltas en el agua. Su mayor problema es que no distingue entre las sustancias nocivas y las que no lo son. Eliminando todas en conjunto. |
Además de lo dicho el carbón activo al tener una procedencia orgánica tiene un contenido peligroso de fosfatos. Dicho contenido puede ser eliminado remojando durante unos días la carga antes de su utilización.
Otro material ampliamente empleado en acuariofilia es la turba. Este material sólo es empleado en acuarios de aguas ácidas y su principal función es la de disminuir la dureza del agua y el grado del Ph. Como mayores contraindicaciones presenta la coloración del agua, dándole una coloración amarronada. Personalmente opino que no es ninguna contraindicación puesto que con esta carga perseguimos la creación de un biotopo determinado, generalmente Amazónico y afluentes. Y la coloración obtenida da un aire muy natural. La otra pega es que la turba se agota fácilmente y debemos hacer múltiples cambios de carga.
La filtración química obviamente ha de estar colocada después de la filtración mecánica. Así evitamos que pierda capacidad de retención muy rápidamente. No debemos olvidar que estos tipos de filtrados sólo han de ser utilizados esporádicamente.
Ruptura de la superficie y creación de corriente
Como hemos visto el oxígeno aparte de ser un elemento vital para los seres vivos, juega un importante papel en el proceso de filtración biológica. Por ello es importante el mantener unos niveles adecuados de este gas presentes en el acuario. Normalmente la aportación de oxigeno se produce manteniendo la salida del filtro de tal forma que mantenga la superficie del agua en constante movimiento.
Este movimiento provoca un intercambio de gases. El agua pierde dióxido de carbono y absorbe oxígeno. Para ello se debe de dotar a la tapa de conductos de ventilación apropiados y mantener un espacio suficiente entre la superficie del agua y la tapa. No es conveniente sin embargo, que la salida del agua procedente del filtro remueva o cree una excesiva turbulencia.
Dicha turbulencia nos hace perder mayores cantidades de dióxido de carbono que es un gas muy importante para el óptimo mantenimiento de las plantas. El movimiento del agua deberá ser circular y su fuerza deberá de estar ajustada a las necesidades de los seres vivos que mantengamos.
En caso de filtros de poca potencia o en aquellos casos de necesitar una mayor concentración de oxígeno, se debe instalar una piedra difusora en la esquina opuesta a la salida del filtro. |
Conveniencia de la corriente
El dotar al acuario de una determinada corriente siempre tiene ventajas añadidas. Claro está que su volumen dependerá de las especies que mantengamos. La corriente nos permite una circulación homogénea del agua por todo el tanque. Así evitamos que zonas del mismo se encuentren a diferente temperatura, tengan menos oxígeno o contengan mayor cantidad de residuos.
Los peces suelen agradecer la corriente moderada. En ellas les gusta esperar suspendidos al alimento así como para mantenerse en forma y divertirse. Las plantas también agradecen cierta corriente, ya que provoca que los nutrientes circulen y así tengan posibilidades de asimilarlos.
Con esto finalizamos este artículo dedicado a los distintos tipos de filtrado y cargas filtrantes. En sucesivos artículos trataremos en profundidad los tipos de filtros que podemos utilizar, los comerciales y los caseros. Veremos una seríe de consejos sobre como conseguir los mejores resultados con nuestro filtro. En muchas ocasiones los mejores filtros devalúan su rendimiento por no saber utilizarlos convenientemente.