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El acuario cilíndrico más grande del mundo se encuentra en el vestíbulo del Hotel Radisson de Berlín, y constituye un auténtico espectáculo para los ojos. Con sus más de 25 metros de altura y 11 metros de diámetro, el acuario alberga un millón de litros de agua salada en los que nadan más de 2.600 especies de peces tropicales y algún que otro submarinista, afanado en limpiar la gigantesca estructura. Está construido en vidrio sintético.

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Un artista ruso diseñó un mini acuario con capacidad para sólo dos cucharadas de agua.

El mundo siempre tiene lugar para los récords más absurdos e inútiles. En este caso, un especialista en «micro arte» creó una pecera en miniatura de 30 por 24 milímetros y de apenas 1,4 centímetros de profundidad. Pero no se piensen que es sólo decorativa. La pecera contiene plantas en miniatura, diminutas rocas multicolores y pequeños peces cebra que sólo pueden ser depositados con una mini red especial.

Anatoly Konenko, un artista ruso de 57 años, es el creador de este acuario y explica que lo diseñó sólo por curiosidad, para hacer algo distinto y original. «En mi pecera sólo caben 10 mililitros de agua, lo que equivale a dos cucharadas. Así y todo, hay lugar para algunos pececitos«, declaró Konenko, quien es todo un especialista en miniaturas: en los últimos 30 años ha recibido premios por escribir en granos de arroz y sobre cabello humano, además de crear el libro más pequeño del mundo y diseñar una caravana de camellos que pasan por el ojo de una aguja.

 

 

La Gonodactylus smithii, mas conocida como gamba mantis, es capaz de alcanzar los 12cm de largo, lo que la hace perfecta para vivir en acuarios, excepto que por sus potentes y afiladas tenazas que puede romper cristales de acuario de hasta 6,3mm de grosor.

Este crustáceo malacostráceo habita en el gran arrecife de coral de Australia, puede mover sus 2 ojos independientemente uno del otro y es capaz de captar el infrarrojo y el ultravioleta, también son capaces de detectar cuatro tipos de polarización lineal y dos de polarización circular, todo esto les ayuda a detectar pequeños animales casi transparentes e invisibles a la vista humana.

Los machos de esta especie son conocidos por su gran agresividad y los buzos los llaman “ rajadores de pulgares“.