La roca viva son rocas calizas o calcáreas que se han mantenido durante un tiempo sumergidas en el mar. Con ello se logra que la roca sea colonizada por múltiples organismos como pueden ser anémonas, algas, gusanos y crustáceos. Cuanto mayor tiempo haya estado sumergida mayor será la cantidad de animales que han colonizado la roca. Normalmente el tiempo de colonización suele ser entre 2 y 6 meses.
Su mantenimiento en acuarios marinos, a parte de por estética, se vuelve fundamen-tal por su actividad como masa de filtración biológica. Su superficie, muy porosa es rápidamente colonizada por bacterias que intervienen en la descomposición del nitrito del agua. Un acuario con una buena cantidad de roca viva garantiza su buen funcionamiento. Los acuarios decorados con estas rocas reciben el nombre de acuario marino de invertebrados o mixto.
En el comercio podemos adquirirlas por euros/kilo y la mayoría de los organismos que la colonizan no podremos verlos hasta mucho después de haberlos instalados en el acuario. Debemos tener en cuenta que un total desarrollo de las rocas vivas puede durar hasta dos años. Es conveniente constatar en nuestro comercio habitual que la roca que vamos a adquirir es roca viva curada.
Esto nos garantiza que la roca ha pasado un periodo de cuarentena en el cual se ha limpiado la roca de desechos y animales muertos que de otra manera irían a parar a nuestro tanque doméstico con el consiguiente perjuicio, ya que esos desechos se terminarían de pudrir en nuestro tanque rompiendo el equilibrio del mismo. |
Es recomendable no obstante realizar un pequeño cepillado nosotros mismos para curarnos en salud antes de introducirlas.
Como es obvio la compra de roca viva para nuestro acuario de arrecife es una auténtica lotería. No todas las piedras tienen la misma cantidad de invertebrados. Las rocas realmente buenas suelen alcanzar precios muy elevados. Por ello, conviene asesorarnos prudentemente en los comercios especializados y quiero incidir en eso de especializados.
Consideraciones y precauciones
Una vez nos hemos decidido a poner unas fantásticas rocas vivas en nuestro flamante acuario de arrecife, debemos tener en cuenta, además de limpiarlas convenientemente de no meter todas las rocas vivas a la vez. Esto podría ser nefasto para el acuario en caso de tener organismos muertos o en mal estado. El nivel de amoniaco podría multiplicarse y el agua se volvería turbia. Por ello es conveniente ir introduciendo las rocas individualmente en el acuario y dejar un tiempo prudencial de espera entre ellas.
Las rocas además de introducirlas en el acuario girándolas para que expulsen todas las burbujas de agua han de ser colocadas por la zona menos viva. Si queremos construir una pared que ocupe la totalidad de altura del cristal trasero podemos alternar roca viva con Rocalla en las zonas menos visibles para economizar la instalación.
No se deberán introducir rocas vivas en acuarios que no estén todavía maduros debido que la subida del nivel de amoniaco puede acabar con todos los organismos que colonizan su superficie.
Otra de las consideraciones funda-mentales para el mantenimiento de nuestras rocas es la iluminación, que deberá ser tan buena y con la misma duración que la que dispondríamos para el mantenimiento de inverte-brados. |
Las calidades del agua más recomendables para el mantenimiento de la roca viva son los siguientes: deberemos mantener una temperatura constante alrededor de 25º, Ph 8,2, salinidad 1.022 y potencial redox 380. Los Nitritos y el amoniaco habrán de estar en 0 y el de nitratos no superior a los 10 ppm.
La siguiente particularidad en el mantenimiento de las rocas vivas es una correcta circulación de agua interior. Para ello deberemos de instalar bombas sumergibles, distribuyéndolas de tal modo que no queden zonas de reposo donde se puedan concentrar los detritos.
Un buen sistema para detectar el perfecto estado de nuestras rocas es oliendo el agua del acuario. Si detectamos olor a mar, la colonia está en perfecto estado. Si por el contrario oliese a podrido es que las rocas vivas están dejando de estarlo. En este caso deberemos detectar las rocas afectadas, comprobar los niveles y realizar los cambios de agua que fueran precisos.
Por último y para finalizar otro de los problemas habituales que se presentan al colocar roca viva en el acuario es la presencia de plagas de parásitos muy perjudiciales que han quedado en la piedra cuando se ha traído del mar. Las plagas más comunes están formadas por moluscos, gusanos y crustáceos. Eliminarlas no resulta para nada tarea sencilla puesto que no podemos añadir compuestos químicos, al dañar estos también a los inquilinos del acuario. La única forma de erradicarlos es eliminarlos manualmente uno a uno.