Madurando el acuario y la elección de los peces. Capítulo 4.

Una vez visto a groso modo las particularidades técnicas de un acuario vamos a hablar de la otra parte importante: Los peces. Los principios vistos hasta la fecha nos llevan a poder tener un tanque con su calentador, su filtro, su iluminación, su grava y su decoración instalados. Como somos acuariófilos noveles, casi con toda seguridad habremos adquirido un tanque de los conocidos como Kits completos, en los que nos vienen ya todos los elementos con el acuario.

Antes de poder introducir nada en nuestra flamante instalación es totalmente necesario madurar el acuario. Madurar el acuario consiste básicamente en crear la colonia de bacterias necesarias para cumplir el ciclo del nitrógeno por el cual se descompone el amoniaco en nitrito y el nitrito en nitrato.

Para lograr este objetivo pondremos a funcionar el filtro con las cargas filtrantes colocadas. Normalmente tal y como nos especifica el fabricante es la forma correcta de hacerlo. Siguiendo con nuestro carácter novel seguramente el filtro es interno de compartimentos con la bomba incluida y puede ser que hasta con espacio para el calentador. Obviamente este filtro presenta sus limitaciones y sus problemas, pero para iniciarse en la afición está bien. Después ya tendremos tiempo de ampliar la instalación con flamantes filtros presurizados o con instalación de seco-húmedo.

Madurando el acuario y la elección de los peces

Los filtros compactos internos presentan la problemática de contener poco espacio para la carga biológica y por tanto la masa filtrante suele estar compuesta por una esponja, perlón y biobolas. Para ayudar a la colonización de las bacterias en la parte biológica del filtro podemos optar por administrar algún compuesto comercial.

Estos compuestos normalmente son líquidos que contienen alimento para las bacterias nitrificantes. También podemos ir alimentando a las bacterias con una pequeña cantidad periódica de comida en escamas. No conviene exagerar. Si optamos por mantener plantas naturales estas deberán estar ya plantadas.

Transcurrido un mes aproximadamente desde la puesta en marcha del filtro estaremos en condiciones de poder introducir nuestros primeros animales. Es recomendable probar con alguna pareja de peces pequeños para comprobar el estado de maduración.

Antes de proseguir vamos a insistir en que este proceso de maduración del acuario es fundamental e imprescindible para poder aclimatar correctamente a nuestros peces. De lo contrario el fracaso está asegurado.

Dicho esto pasemos a los peces. A la hora de elegir las especies a introducir en el tanque conviene que nos informemos antes de los requerimientos de los animales. En los capítulos pasados hemos visto los diferentes tipos de aguas que existen y como estas diferencias afectan a la salud de los peces. Llegado este punto es de vital importancia medir los niveles de nuestra agua.

Si tenemos fortuna tendremos una agua neutra o tirando a neutra lo que nos facilitará mucho las cosas. Si por el contrario el agua es dura o ácida habrá que poner atención de las especies que podemos instalar. Otra posibilidad es llevar nuestros niveles a los valores requeridos a través del uso de aditivos comerciales. Está opción es más difícil para un aficionado novel pero mucho más educativa de cara al futuro y a nuestro desarrollo como aficionados.

Madurando el acuario y la elección de los peces

Los medidores de niveles son colorímetros que reaccionan ante una sustancia química cambiando el color del elemento que entra en contacto con el agua. En el medidor viene reflejada una tabla de colores donde cada tonalidad indica un valor diferente. Más adelante realizaré en profundidad un artículo sobre los diferentes test disponibles en los comercios, cuales son imprescindibles y cuales otros son necesarios en determinadas ocasiones. De momento con tener un test de Ph con el que medir la acidez o alcalinidad del agua y un test de nitritos nos será más que suficiente.

Otros factores importantes a la hora de realizar nuestra selección de especies serían los siguientes:

  • Tamaño del animal: Debemos conocer la talla adulta del animal seleccionado. Cuando los compramos en la tienda los animales son juveniles. Hay que pensar siempre que al menos doblarán su tamaño al llegar a adulto. De no hacerlo así esto nos acarreará problemas muy graves.
     
  • Alimentación del animal: Asegurar la disponibilidad de alimento para nuestros peces es otro factor de vital importancia. Deberemos elegir especies a poder ser omnívoras que acepten con facilidad los alimentos disponibles en los comercios. Dar una dieta rica y variada a nuestros peces es una de las claves del éxito. Por el contrario un animal con una alimentación muy específica o muy exigente nos dará muchos problemas y tendrá muchas más posibilidades de morir.
    • Carácter: Todos los peces debido a su instinto tienen un marcado comportamiento para con otros congéneres de igual o distinta especie. Conocer sus hábitos nos ayudará a tener un grupo afín de animales en buenas condiciones de salud. Una regla importante para la decoración de nuestro tanque es saber que el comportamiento de nuestros peces está relacionado con él. Un pez que requiera de fondos de rocas con muchos escondrijos se sentirá desprotegido en un tanque despoblado decorado sólo con algunas rocas y plantas. Otro buen ejemplo puede ser un pez de cardumen o pez gregario. Hay múltiples especies que viven en grupos numerosos, si nos decidimos por adquirir dos ejemplares de una de estas especies, los animales nunca lucirán su librea en todo su esplendor y su comportamiento no será normal y puede que estén siempre escondidos.
       
    • Condiciones acuáticas: Además del Ph, debemos de fijarnos en la dureza y temperatura que requieren las especies seleccionadas. Poniendo un ejemplo un pez africano de aguas duras poco o ninguna relación tiene con un pez sudamericano de aguas blandas. Sabemos que es difícil resistirse a los colores y formas de muchos peces pero resistiendo la tentación nuestras posibilidades de éxito se multiplican. Por último la temperatura. Seleccionado animales de similares requisitos aseguramos su óptimo mantenimiento.

    Hablar de posibles combinaciones de especies es tema para tratar en un artículo aparte que se hará en su momento. Podéis consultar la extensa bibliografía existente tanto en libros como en internet. Nosotros nos vamos a centrar por el momento en la compra, el transporte y la instalación de nuestros animales en la que será desde ahora su nueva casa.

    A la hora de comprar los peces debemos decantarnos por aquellos que se muestren activos, sin signos exteriores de deterioro en aletas o cuerpo. Sin problemas de vientres hundidos o problemas natatorios. La coloración no es un objeto fiable de elección puesto que esta se verá incrementada con toda seguridad con la edad del animal y con el fondo y decoración del acuario. En animales algo más avanzados y mucho más costosos es habitual pedir al vendedor que nos muestre como se alimentan. Está sin duda es una buena señal de salud.

    De cualquier modo y aun habiendo hecho una elección meditada una vez en el acuario hay muchas probabilidades de que aparezcan enfermedades y en otros casos no tan habituales puede darse la muerte de algún espécimen. Insisto en que los fallecimientos no son tan habituales.

    En el comercio nos instalarán los peces en bolsas de plástico llenas de agua con el suficiente espacio libre para el aire. Estas bolsas aguantarán bien el desplazamiento sin enfriarse ni perder en exceso oxígeno. Para trayectos de más de media hora conviene envolver la bolsa con papel de periódico para que no pierda temperatura.

    Una vez a pie del acuario no introduciremos los peces directamente en el tanque. Es necesario aclimatar previamente a los animales a las nuevas calidades acuáticas. Para ello utilizaremos la técnica del goteo. Colocaremos la bolsa abierta en el interior del tanque con los peces tal como nos la dieron en la tienda procurando que el agua de la bolsa no se mezcle con la del acuario. Después iremos agregando paulatinamente agua del tanque al interior de la bolsa. Retiraremos de la bolsa la parte proporcional al agua añadida. Una media hora más tarde estaremos en disposición de introducir a nuestros nuevos peces en el tanque. El agua del interior de la bolsa y el acuario estarán a igual temperatura y sus características químicas serán similares.

    Si tuviésemos el acuario ya poblado con peces de carácter territorial podemos optar por alimentarlos mientras introducimos los nuevos uno a uno con el salobre. Lo normal es que los animales busquen algún escondrijo en la decoración y permanezcan ocultos durante un tiempo.

    Si vemos que no se alimentan no conviene insistir puesto que esta aptitud puede durar unas horas hasta que vayan cogiendo confianza. Si mostraran una aptitud nerviosa podemos optar por apagar la iluminación hasta el día siguiente.

    Lo más idóneo sería tener un segundo acuario de cuarentena donde poder tener en observación a lo nuevos peces. Es comprensible que esto no esté al alcance de un aficionado novel por lo que no nos quedará otra que observar a nuestros animales por si pudiesen mostrar cualquier síntoma de dolencia o infección. El añadir cualquier refuerzo vitamínico o un medicamento preventivo puede resultar conveniente.

    Terminaré el siguiente capitulo con una reflexión: Hay dos tipos de comercios, aquellos que realmente cuidan de sus animales y los que no. Por ello recomendaros que seleccionéis el comercio donde comprareis los animales con detenimiento. Los hay muy buenos que realizan cuarentena y los peces lucen sanos. Suelen ser de precio un poco más elevado pero en esta afición como en otros muchos aspectos de la vida lo barato al final sale más caro.