Denominado también como camarón gigante africano se encuadra dentro del grupo de camarones de los denominados filtradores. Es originario de zonas tropicales del continente africano y Sudamérica a ambos lados del Atlántico.
Se trata de una especie muy pacífica apta para el acuario comunitario siempre que no se mezcle con especies beligerantes como cíclidos y otros peces con carácter aunque tengan un tamaño bastante inferior al del camarón. Tampoco debería ser mantenido junto a otras especies de invertebrados de los denominados carroñeros con pinzas que podrían acabar por dañarlo.
Las especies de camarones de agua dulce son en general un grupo de animales muy interesantes de mantener en el acuario, aunque no siempre sean fáciles de encontrar, por la función de controlador natural de plagas de algas o de caracoles. Además la mayoría de especies son animales oportunistas y carroñeros que dedican prácticamente toda su actividad a revolver el fondo del tanque en busca de alimentos no consumidos.
El Atya gabonensis es sin duda uno de los camarones más grandes que podemos mantener ya que puede alcanzar tamaños 15 cm. A pesar de este gran volumen es totalmente pacífico para con otras especies del tanque y no daña las plantas, con excepción de los desplantes accidentales que puede ocasionar su deambular por el tanque.
Su rasgo morfológico más característico son los plumeros que porta en las patas delanteras que utiliza para retener algas y microorganismos suspendidos en el agua. Estos plumeros pueden ser escondidos a voluntad pudiendo utilizar entonces sus patas delanteras como elemento de defensa contra posibles ataques. A pesar de su imponente presencia en raras ocasiones se decantará por la batalla y optará por refugiarse entre la vegetación u objetos decorativos. Esta costumbre posibilita mantenerlo con especies de peces pacíficos que habiten su misma zona en el acuario como killis, coridoras o loricáridos por ejemplo. Aunque no presenta grandes requeri-mientos, para ser mantenido en optimas condiciones si es impres-cindible que el tanque de manteni-miento sea un tanque establecido y con un funcionamiento de al menos seis meses para que tenga la carga de micro fauna suficiente de la que se alimenta. Incluso en tanques con mucha antigüedad es poco probable que haya suficientes microorganismos para alimentar a los camarones por lo que se deberá recurrir a ofrecerles complementos ya sea en forma de alimento congelado, pastillas de fondo o incluso hojuelas desecadas. |
|
Esta necesidad reduce en parte el número de especies compatibles con el camarón. Animales muy vivaces acabarán con el alimento muy rápidamente no dando opción al camarón a alimentarse. Por ello será más recomendable poblar el tanque con especies menos vivaces y en un número no excesivo.
No es un animal activo por lo que rara vez se vera deambular por el tanque. Durante el periodo de luz intensa lo más habitual es encontrarlo en una zona de cobijo con los plumeros extendidos filtrando el agua en busca de alimento. Por ello el tanque de mantenimiento deberá de estar lo suficientemente plantado con plantas que le ofrezcan refugio como por ejemplo la Vallisneria spiralis. Ofrecerle escondrijos a base de raíces o construcciones rocosas también es importante. En caso de manipular o cambiar estos refugios debemos tener la precaución de revisarlos antes de sacarlos del tanque porque podemos sacar sin querer algún espécimen oculto. El acuario deberá de estar tapado principalmente porque el Atya gabonensis es muy curioso y no es extraño encontrarlo fuera del tanque.
Prefieren aguas ligeramente alcalinas con la presencia de carbonatos que contribuyan en la fabricación de su caparazón. Además se deberá dotar al acuario de cierta corriente con una óptima filtración que permita una mínima presencia de compuestos nitrogenados. La temperatura abarca entre los 20 y los 28ºC siendo lo más adecuado mantenerlo entre los 24 y los 26ºC.
Su coloración base es variable con la edad del animal, pueden presentarse animales de coloración azulada, gris oscuro, blanco e incluso marrón rojizo en el que se pueden apreciar tonalidades de color azul. el macho dominante con el tiempo toma una coloración rojo-anaranjado muy brillante. Aunque se pueda mantener individualmente resultará mucho más vistoso mantener un grupo de estos animales. El tamaño del acuario no es importante pudiendo mantener una pareja de Gabonensis en perfectas condiciones a partir de los 60 litros.
Su cría en cautividad es compleja porque sus larvas pasan un primer ciclo de vida en forma de plancton en agua salobre para pasar con posterioridad a la vida en el sustrato. No es corriente encontrarlo en los comercios del ramo y los que podemos encontrar proceden directamente de capturas de individuos salvajes.
Precauciones – cuando mantengamos invertebrados en el acuario de agua dulce debemos de prestar especial atención a no suministrar al agua del tanque ningún tratamiento químico con cobre. Estos animales son muy sensibles a este metal incluso en cantidades muy pequeñas, llegando incluso a afectarles antiguos tratamientos en el tanque aunque haya pasado mucho tiempo desde entonces. Si cuidamos este aviso y le ofrecemos unas condiciones mínimas de mantenimiento podemos conservar a estos animales durante muchos años.