El koi es una variedad de carpa común muy habitual entre los aficionados al estanque por sus necesidades de grandes volúmenes de agua. Originaria de China y del este Asiático ha sido desarrollada su cría en forma de múltiples coloraciones.
En la actualidad además de en Japón donde se considera animal talismán se reparte por gran parte del mundo pudiéndose encontrar en muchos cauces y pozos europeos en su forma asilvestrada debido a la suelta indiscriminada de muchos aficionados.
Se trata de un animal voluminoso de larga vida que puede alcanzar los 80 cm de longitud. Sus tasas de crecimiento están íntimamente relacionadas con las condiciones de mantenimiento, volumen y calidad del agua. Aunque unas malas condiciones merman su desarrollo los Koi crecen entorno a los 2 cm anuales, siendo más pronunciado su crecimiento durante las épocas calurosas que en las frías, donde reduce considerablemente su actividad.
Es bastante complejo determinar el sexo de los Koi sobre todo en su estado juvenil. Esta etapa podemos considerar que dura hasta que alcanzan un tamaño de 20 cm. Los principales rasgos en los que debemos fijarnos para intentar descubrir el sexo de los animales es que las hembras suelen ser más redondas en la zona ventral, sus aletas pectorales están más redondeadas y además suelen ser más pequeñas.
Por la intensidad de la coloración también podemos tratar de descifrar el sexo ya que los machos suelen ser más brillantes y de una conducta más pendenciera siempre en persecución de hembras con las que reproducirse. Esta conducta se produce en las épocas de calor. Los machos jóvenes se pueden tratar de identificar porque cuando empieza el buen tiempo suelen colocarse cerca de los machos adultos.
Las condiciones del agua, sobre todo su temperatura, influyen en el grado de actividad de los Kois, lo que puede llevarnos a pensar que durante épocas de apatía puedan padecer algún tipo de patología. Estos animales toleran perfectamente las bajas temperaturas aletargándose en las capas inferiores del estanque con las superficiales congeladas. Con temperaturas bajas de hasta 12ºC los Kois muestran una natación apática con una respiración pausada debido a la gran presencia de oxígeno en el agua. La franja de temperatura comprendida entre los 17 y los 24º C podríamos determinar como la ideal para el desarrollo de su actividad normal. Con temperaturas muy elevadas les observaremos mover muy rápidas las branquias debido a las bajas concentraciones de oxigeno disuelto en el agua y se mostrarán muy agresivos ya que el oxígeno afecta al sistema nervioso del animal. Antes de introducir a un nuevo animal a nuestra instalación, hablaremos normalmente de estanques ya que en acuarios sólo pueden ser mantenidos en etapas juveniles o en tanques de gran volumen, debemos mantenerlo durante un tiempo en un acuario o tanque de cuarentena donde debe ser observado con detenimiento. Es probable que porte alguna patología o parásitos de la granja de proceden-cia. Un filtro de esponja y un cambio diario de agua del 25% durante una semana será más que suficiente para comprobar la salud de nuestro animal. |
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Pasado este periodo podemos introducirlo al estanque con la precaución de adaptar al animal a las nuevas condiciones acuáticas, es decir: Deberemos proceder como cuando se introducen nuevos ejemplares al acuario.
Alimentando Kois
Si algo destaca de estos animales además de sus variaciones de color son los bigotes que podemos encontrar sobre su labio superior. Estos bigotes tienen como objeto la de localizar alimento porque los utilizan como órganos táctiles.
El estanque por su localización al aire libre proporciona gran parte de los nutrientes necesarios a nuestros animales. Muchos de ellos a través de insectos que caen al agua y en gran parte a través de las algas tapizantes que pueblan el sustrato y objetos decorativos de la instalación. Los Kois requieren una dieta con gran cantidad de alimentos vegetales.
Además de los aportes naturales deberemos ofrecerles una dieta rica y variada siempre suficiente para el número de animales que mantengamos bien en forma de granulados comerciales y papillas caseras. El alimento vivo no tiene mucho sentido ya que en un estanque aunque no lleguemos a verlos existen una multitud de insectos que conformarán la dieta diaria de nuestros animales. Para no perjudicar las condiciones acuáticas deberemos tener muy en cuanta que los animales durante las épocas frías a penas si se alimentarán porque han reducido drásticamente su actividad.
Alimentar cada dos días durante las épocas calurosas y alargar las tomas durante las frías es una buena costumbre para no perjudicar el agua y que aparezcan compuestos nitrogenados en exceso que reducirían el oxígeno presente en su oxidación y provocarían la invasión de algas.
La alimentación básica de los Kois se basa en escamas o en sticks. Estos alimentos están deshidratados con lo que se hincharán al contacto con el agua. Los sticks son más grandes y su capacidad de absorción de agua es mejor que el de las hojuelas. Por esta razón es más recomendable como dieta básica, siempre que este adaptado al tamaño de la boca de nuestros animales, ya que es menos propenso a crear problemas intestinales. Remojar previamente el alimento en agua del estanque como precaución es una buena solución para ofrecer escamas.
Las papillas caseras son un complemento con muchas virtudes para la alimentación de Kois. Prestaremos atención en la cantidad ofrecida porque lleva un mayor número de nutrientes y será importante que no se deshaga para no ensuciar el agua. Entre sus ventajas, siempre que hayamos realizado una papilla equilibrada y con gran cantidad de verdura, está la de reducir los problemas gastrointestinales, prevenir problemas en la vejiga natatoria, potenciar el crecimiento y la coloración de los animales.
La reproducción de los Kois
Podemos comenzar a pensar en reproducirlos a partir de que nuestros animales alcancen los 25 cm. La edad en la que se generaran puestas más numerosas es cuando los progenitores se encuentran entre los 3 y los 6 años. Animales de más edad seguirán reproduciéndose pero con puestas menores.
Aunque la reproducción de estos animales puede ser asistida, en donde escogemos la pareja reproductora en función de sus características morfológicas que esperamos transfieran a su prole, lo más habitual es que esta se produzca de forma natural sin quenosotros tengamos que intervenir. A no ser la de retirar los alevines cuando el estanque no pueda acoger a un número tan importante de animales.
Las larvas una vez eclosionan permanecen ocultas entre las raíces de las plantas o entre las hojas flotantes, normalmente de las orillas, alimentándose de algas, micro-organismos y pequeños insectos.
Si queremos mantener alevines en recipientes podemos hacerlo en agua de unas condiciones neutras y con una temperatura entre los 17 y los 20ºC. Debemos colocar algún tipo de planta flotante como la lenteja de agua. A partir del cuarto día deberemos alimentarlos siendo muy adecuados los infusorios o los nauplios de artemía recién eclosionada. Alimentos como los Cyclop-Eeze son un buen sustitutivo de los anteriores. Superados los quince se puede comenzar a alimentar con preparados comerciales entre los que podemos citar los alimentos en polvo especialmente concebidos para alevines. Con dos meses de vida ya habrán alcanzado un tamaño de aproximadamente 5 cm. Momento adecuado para introducirlos al estanque donde se desarrollarán más convenientemente.