Uno de los principales quebraderos de cabeza que le surgen a cualquier aficionado son los problemas de evaporación de agua, especialmente en acuarios abiertos y acuarios marinos. Más si cabe si se tienen instalados sistemas de rebosadero y si tenemos en cuenta que esta bajada de nivel de agua va a afectar al nivel de densidad del agua o salinidad con lo cual nuestra instalación se verá gravemente amenazada.
Antes de seguir conviene recordar que la densidad es la comparación del peso de una muestra de agua con el peso de un volumen igual de agua destilada a 4º C. La densidad por tanto nos sirve como referencia directa de la cantidad de sal disuelta en el agua. Esta se puede determinar con un hidrómetro o con un medidor de conductividad eléctrica.
La principal consecuencia de niveles no deseados de salinidad en el tanque esta directamente relacionada con la osmorregulación de nuestros animales. Además esto tiene mayor importancia si cabe si tenemos en cuenta que el margen de variedad posible en la mayoría de especies es sumamente estrecho. Por lo general peces de aguas salobres donde la salinidad varia a lo largo del todo el día en función de las mareas toleran un margen mayor, cosa que no sucede con los delicados habitantes del arrecife.
Habitualmente se opta por el relleno manual con el agua previamente preparada lo que esclaviza en cierta manera al aficionado y lo pone en un aprieto ante ausencias de mayor o menor tiempo.
En los acuarios de agua dulce con tapa este problema se ve reducido al bajar el nivel muy pocos centímetros en un plazo relativamente largo. Sin embargo en instalaciones marinas con iluminaciones basadas en lámparas HQI o T5 no preparados para tapa la evaporación puede llegar a ser importante, incluso en un día se pueden llegar a perder varios litros de agua. Este problema afecta gravemente a la concentración de sal y compromete la vida de los equipos, sobre todo si estos se encuentran ubicados en un filtro colector. Para eliminar por completo esta espada de Damocles contamos en el mercado con varios dispositivos de relleno automático de agua evaporada consistentes por lo general en una bomba peristáltica o dosificara conectada a un deposito de agua preparada y a un flotador que controla la variación de volumen. En el pasado estos sistemas no eran totalmente autónomos debido a que precisaban de una persona que los asistiera periódicamente para controlar el nivel del depósito auxiliar y el correcto funcionamiento del aparato. |
Bomba dosificadora y controlador de flotador
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De lo contrario la parada o mal funcionamiento del equipo podría tener consecuencias graves como desbordamientos o causar daños en los equipos por trabajar en seco.
En la actualidad y gracias a los avances que se van produciendo los sistemas automáticos de nivel incorporan controladores electrónicos de bajo voltaje capaces no solo de controlar el nivel del tanque o sumidero principal sino también de controlar el nivel del deposito auxiliar.
Otra opción que se nos presenta como muy interesante es el uso de estos equipos directamente conectados a equipos de agua de osmosis. El agua del acuario se evapora pero la sal no. Por ello se hace totalmente imprescindible que el agua de relleno que incorporemos sea lo más pura posible para mantener nuestro tanque equilibrado. Las bombas dosificadoras cuyos caudales de trabajo rondan los 3 litros horas son las indiadas para que la estabilidad no se vea afectada.
En caso de decantarnos por está interesante opción lo correcto es instalar una válvula selenoide antes de la entrada al equipo de osmosis. Estas electroválvulas que cortan el caudal automáticamente se conectan a los controladores electrónicos por lo que se evita que en ningún caso se pueda derramar el agua en el tanque principal.