Hasta la fecha hemos visto a groso modo diferentes conceptos relacionados con la química del agua así como la utilización de diversos elementos para su mantenimiento.
En el siguiente capítulo vamos a profundizar más sobre el tema de la filtración desglosando sus partes principales y las funciones que realizan. También veremos que en el acuario marino, sobre todo en el de arrecife, parte importante del éxito del mantenimiento correcto de los invertebrados recae en lograr una correcta circulación de agua.
Cuando nos referimos a crear una circulación de agua hablamos de simular las corrientes y el movimiento del fondo marino. No debemos olvidar que aunque los invertebrados están muy especializados y cuentan para alimentarse con efectivas redes de pesca se les deben acercar estos nutrientes. Además de esta función comentada el movimiento del agua impide la aparición de zonas anaeróbicas en el acuario pobres en oxígeno y contribuye a la limpieza de los propios invertebrados que de otra forma pudieran acumular detritos y sedimentos responsables entre otros del blanqueamiento de las colonias.
El filtro de goteo
Los filtros de goteo también llamados seco-húmedos vistos en el capítulo anterior representaban una opción efectiva de filtrado al albergar una gran colonia bacteriana encargada de descomponer los compuestos nitrogenados.
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Por sus grandes prestaciones estos tipos de filtro también son muy popu-lares en acuariofilia de agua dulce en tanques de relativo tamaño, a excepción de aquellos muy plantados ya que el filtro seco-húmedo provoca una gran perdida de CO2 al potenciar el intercambio de gases. A continuación vamos a ir desgranando las diferentes fases y etapas de filtrado aplicadas al acuario de arrecife. |
Fase mecánica: prefiltrado.
Partiremos de la toma del agua del acuario con dirección al filtro. Los acuarios preparados para marino suelen incorporar en una de las esquinas una especie de desagüe en la base del acuario. Dicho desagüe se haya ubicado por lo general dentro de una caja donde se coloca un prefiltro mecánico de fácil mantenimiento cuyo objetivo es retener los desechos de mayor tamaño. Para este fin podemos emplear materiales como el perlón o esponja (foamex).
En los casos en los que no se disponga de esta salida la forma más práctica de realizar este prefiltro de entrada es la instalación de una caja rebosadero situada en el interior del acuario o colgada a forma de filtro de mochila.
Ventajas de la utilización del rebosadero: Muchas partículas de desecho permanecen en la superficie del tanque y no son eliminados por una toma de filtro convencional acumulándose y siendo potencialmente peligrosos. Además la formación de películas de desecho en la superficie del agua reduce el intercambio gaseoso e incide nega-tivamente sobre la efectividad de la iluminación.
Un correcto mantenimiento de la carga mecánica del pre-filtro ayuda a que los masas filtrantes del filtro biológico aumenten su vida útil. Para ello deberemos reponer la carga aproximadamente una vez por sema-na evitando así que los residuos puedan transformarse en el peligroso amoniaco. Además no mantener regularmente la limpieza del prefiltro restaría paulatinamente caudal al agua que alimenta el filtro. |
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Fase biológica: Cuerpo del filtro
No vamos a entrar en detalle de la estructura del filtro seco-húmedo puesto que lo vimos anteriormente y podéis ver su estructura en el artículo relacionado de la sección de equipamiento de la web. filtro seco-húmedo
Lo que más nos interesa en este momento es determinar los tipos de cargas a emplear y las razones que justifican su empleo. Lo primero que llama la atención de un filtro de estas características es su gran capacidad para albergar volumen de filtración biológica. Llegado a este punto conviene preguntarse que volumen debe contener el compartimento biológico. Debemos tener en cuenta que no por mucho volumen disponible la colonia bacteriana será mayor. Esta depende y esta estrechamente relacionada con la cantidad de amoniaco que nuestra instalación pueda generar.
Como cargas efectivas para la colonización podemos emplear diferentes tipos de sustratos como las biobolas o sustratos porosos. También se puede emplear arena coralina con una granulometría de entre 2 y 4 mm. En estos filtros las bacterias se sirven de la mayor cantidad de oxígeno disponible para oxidar los compuestos nitrogenados. Otra de las ventajas que presenta es que ayuda a dispersar el calor en los periodos estivales.
Una forma de lograr una tasa aun mayor de oxigeno es la incorporación a una de las cámaras del filtro de una piedra difusora.
Ventajas de la fase húmeda
Previa a la fase biológica mucho filtros de goteo presentan un compartimento sumergido compuesto por carga mecánica cuyo objetivo es ayudar al prefiltro a retirar elementos de desecho. Antiguamente la carga empleada solían ser elementos calcáreos o gravas que actualmente se han sustituido mayoritariamente por esponja o foamex fácil de limpiar y reponer.
Retorno al acuario
Terminada la fase biológica encontramos la reserva. En ella irá situada la bomba de retorno al acuario que deberá tener la suficiente potencia para mover entre 3 y 5 veces el volumen total del tanque. Las bombas de retorno suelen presentar un mecanismo que detiene el funcionamiento de esta en caso de que el nivel de agua sea inferior al necesario para el correcto funcionamiento.
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Alternativas al filtro de Goteo Filtro de lecho fluido. Este tipo de filtro consta de un sustrato poroso como por ejemplo arena coralina suspendida y en constante movimiento dentro del cuerpo del filtro. Presenta las ventajas de conseguir una superficie biológica importante sin temor a acumular residuos y desechos entre el material filtrante ya que este se encuentra en continuo movimiento. Este tipo de filtro puede ser el ideal para complementar el sistema Berlín donde el peso de la filtración recae en el Skimer y en la roca viva. |
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Detalle del equipamiento:
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Movimiento interior del agua: Las corrientes
Como se dijo al comienzo del capítulo los arrecifes de coral están muy relacionados con las corrientes y el agua en constante movimiento. Siendo éste junto a la calidad del agua y a la iluminación los elementos esenciales para el mantenimiento y desarrollo óptimo de invertebrados.
En acuarios con escaso movimiento de agua los desechos principalmente se componen de materia orgánica. Esto redunda en el número de bacterias encargadas de su descomposición consumiendo mayores niveles de oxígeno. Este echo puede alterar el potencial redox, recodaremos que era la relación entre la pérdida y la ganancia de oxígeno en los procesos químicos.
Para crear artificialmente la corriente en nuestro acuario podemos disponer de la instalación de una serie de cabezas motoras o cabezas de poder (bombas) de bajo consumo conectadas a un temporizador y repartidas de tal forma que aseguren que no queda ninguna zona del acuario estancada donde se acumularían los desechos y aparecerían las colonias de algas filamentosas.
La sensación de oleaje podemos lograrlo enfrentando las bombas accionando periódicamente cada una de ellas durante un tiempo complementando con otro periodo de funcionamiento general. Tendremos cuidado de que la turbulencia no golpee directamente las colonias de invertebrados ya que podrían deteriorarlos o destruirlos.
Un sistema alterno a las bombas sería la colocación de una flauta perforada, contectada a la salida de la bomba del compartimento de reserva del filtro seco-húmedo, que recorriera la mayor parte de tanque.
Esta circulación de agua potencia el intercambio gaseoso muy beneficioso tanto para los peces como los inverte-brados que acostumbran a vivir en medios saturados de oxígeno. La circulación del agua también ayuda en el intercambio de gases con el exterior. Esta gran cantidad de oxígeno en el acuario de arrecife es beneficioso para los peces e invertebrados que viven normalmente en un medio saturado de oxígeno. |
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Como comprobareís a la vista de la secuencia fotográfica la roca viva se introduce en el acuario paulatinamente para no sobrecargar biológicamente a un filtro todavía inmaduro.