La Myrionema amboinense es una especie de hidrozoo originario del Océano Atlántico oeste, en climas subtropicales, descubierto por Pictet en 1893. Esta especie de pólipo colonial de pequeño tamaño es una verdadera plaga que puede acabar por arruinar cualquier acuario de arrecife.
Los hidrozoos son por lo general pequeños predadores presentes en los entornos marinos teniendo un comportamiento similar al de los corales. Además de alimentarse a través de su aparato digestivo primitivo lo que le permite atrapar pequeñas presas del agua presenta algas simbiontes en los pólipos del género zooxhantella que complementa sus requerimientos alimenticios.
La problemática de su presencia, este animal a primera vista parece incluso atractivo moviéndose al son de las corrientes, en los acuarios domésticos es su rápida proliferación. Está masificación de individuos acaba por colonizar al resto de invertebrados, especialmente a los corales de pólipo corto denominados SPS a los que termina por causar su blanqueamiento y su muerte.
La eliminación mecánica de la plaga no parece solución suficiente ya que su velocidad de reproducción es muy alta. A pesar de no tener nematocistes urticantes en los pólipos los corales SPS no son capaces de oponerles resistencia y se ven abocados a la muerte sobre todo en acuarios fuertemente iluminados. Su pequeño tamaño permite su ubicación en múltiples escondrijos de difícil acceso con lo que su eliminación es prácticamente imposible. Los corales duros de pólipo largo no son tan vulnerables a la presencia masiva de los Myriaonemas debido su gran toxicidad. Los corales blandos de tipo arbóreo como los corales cuero presentan una menor incidencia ya que su trayectoria ascendente limita la progresión de la plaga. Los que si resultan extremadamente vulnerables son los corales de tipo pólipo como los Briareum, Clavularias, parazohantus, zohantus o cerveras que serán colonizadas si no somos capaces de poner remedio. La eliminación mecánica con productos tales como los líquidos eliminadores de aiptasias son relativamente efectivos ya que como hemos comentado vamos a encontrarnos con decenas de individuos difíciles de eliminar por su posición en el acuario. La eliminación se complica además por la dificultad en sí de emplear estos líquidos sumergidos. Irremediablemente dejaremos individuos semi quemados que acabarán por regenerarse e iniciar nuevamente el proceso expansivo. El mantenimiento de entornos pobres en nutrientes no parece ser una solución. Como hemos comentado la iluminación permite su alimentación a partir de las algas simbiontes en sus pólipos y además compromete el desarrollo de otros invertebrados del acuario. Optar por remedios biológicos tampoco es una solución definitiva. Especies de erizos como el Salmacis bicolor parecen mostrarse efectivos contra esta plaga. Elimina efectivamente los pólipos de Myriaonemas por las zonas por las que va pasando pero es probable que acabe también con otras especies de pólipos en nuestro acuario. Además la velocidad de eliminación de los pólipos de Myriaonemas por el erizo es mucho más lenta que la velocidad del desarrollo de éstos. |
Aspecto general de una colonia de Myrionema amboinense Lucha por la supervivencia entre Myrionema y Pocillopora
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La especie de erizo Diadema setosum parece ser también adecuada como controlador biológico pero en su contra juegan la velocidad de eliminación que es muy lenta y su gran tamaño lo que impide su acceso a muchos recovecos de la roca viva donde se encuentran los pólipos.
Los peces como posible solución
Elegir una especie que esté especializada en esté tipo de pólipo y obvie el resto de especies es bastante complejo. La familia de peces más compatible con los acuarios de arrecife y en teoría menos problemáticos de incompatibilidad con los corales serían algunas especies de peces ángel, en concreto aquellas del género Centropyge.
Diferentes publicaciones citan al Centropyge acanthops y al Centropyge loriculus como las especies que con mayor probabilidad pueden llegar a encontrar la plaga como fuente de alimento. Sin embargo esta afirmación no deja de ser una cuestión de tener suerte al dar con el animal que cause pocos daños al resto de invertebrados del acuario y efectivamente se alimente de Myriaonemas. Lo más probable es que no muestren ningún interés.
Especies de Pomacanthus como el el P. imperator o el P. Semicirculatus pueden llegar a ser efectivos, pero lo más normal es que si tocan algún pólipo no sean selectivos con la especie que a nosotros nos interese.
La Dolabela auricolaria o liebre marina
Aunque generalmente se la identifica como un exclusivo pastador de algas filamentosas que acaba muriendo cuando elimina la plaga, se tiene constancia de que las dolabellas funcionan también como control bilógico contra las plagas de Myrionemas siempre que las cantidad de algas indeseables esté controlada. Estos animales son difíciles de mantener en cautividad por lo limitado de su alimentación por lo que si conseguimos uno es mejor traspasarlo o regalarlo cuando no existan plagas sobre las que pastar. De lo contrario condenaremos al animal a la muerte.