Trasladar o cambiar un acuario marino en funcionamiento.

Trasladar o cambiar un acuario marino en funcionamiento a priori resulta complicado y puede llegar a ser traumático tanto para la fauna marina que vive en él como para el propio aficionado.Aprovechando que tengo que asesorar a un cliente sobre cómo trasladar su acuario marino, me he decidido a realizar esta pequeña guía por si le pudiera ser de utilidad a algún amigo más.

Trasladar o cambiar un acuario marino en funcionamiento a priori resulta complicado y puede llegar a ser traumático tanto para la fauna marina que vive en él como para el propio aficionado.

Podemos reducir los riesgos a los que nos enfrentamos si tenemos en cuanta una serie de recomendaciones.

Coger a los peces en un acuario marino es muy complicado y a menudo provoca un gran estrés en los animales, por esta razón conviene olvidarnos en un principio de ellos para comenzar a desmontar la instalación por otro sitio.

Trasladar o cambiar un acuario marino en funcionamiento a priori resulta complicado y puede llegar a ser traumático tanto para la fauna marina que vive en él como para el propio aficionado.
  Trasladar o cambiar un acuario marino en funcionamiento a priori resulta complicado y puede llegar a ser traumático tanto para la fauna marina que vive en él como para el propio aficionado.

Trasladar o cambiar un acuario marino en funcionamiento a priori resulta complicado y puede llegar a ser traumático tanto para la fauna marina que vive en él como para el propio aficionado.

Nosotros recomendamos primero hacer una pequeña lista de invertebrados sésiles que estén cosidos o pegados a la roca viva, al sustrato o al fondo del acuario.

Los denominados corales duros de pólipo corto, SPS y los corales blandos tanto del tipo cuero como las colonias de pólipos pueden ser extraídos junto con la roca a la que están sujetos sin problema. Son animales que mantienen el agua en su interior por lo que será suficiente para mantenerlos en condiciones con envolverlos en periódicos junto a la roca para que pierdan la menor humedad posible. Es conveniente transportarlo en alguna bandeja de plástico o similar donde puedan gotear con tranquilidad sin producir derrames.

Las anémonas también pueden viajar en seco si no hay forma de despegarlas… además de esta manera evitaremos causarles fatales daños en sus pies.

Los corales duros del tipo LPS, incluidos los del tipo burbuja conviene que vayan sumergidos para no correr riesgo de que burbujas de aire queden atrapadas. Si no podemos separarlos podemos tratar de ponerlos boca abajo hasta que se cierren por completo o cortarlos desde la base con algún alicate. Si conseguimos separarlos los trasladaremos en bolsas con la mayor cantidad de agua posible a fin de que nos ayude a ir trasladando parte del volumen del acuario.

Gusanos y bivalvos (tridacnas, almejas,…) es imprescindible que vayan sumergidos al igual que los LPS.

Una vez sacada la roca viva, tendiendo la precaución de no extraer a ningún animal ornamental escondido en su interior, llegó el momento de vaciar parcialmente la instalación e irla depositando en garrafas para el transporte. Nosotros cuando nos ha tocado hacerlo lo vaciamos en sus ¾ partes a fin de que sea más sencillo capturar a los peces.

Incluso en este volumen de agua , la captura de los animales es compleja. Conviene cargarse de paciencia y perseverar hasta atrapar a todos los animales. Es conveniente empaquetarlos uno a uno con doble bolsa de transporte y preferiblemente ocultándolos de la luz con algún papel de periódico o similar. Hay que tener en cuenta que los peces se estresan y su agitación consumirá mayor cantidad de oxígeno. Por este motivo es fundamental que la cantidad de aire que contenga la bola sea al menos 3 veces superior al volumen del agua. Trataremos también que las bolsas en el transporte sufran la menor variación de temperatura posible.

Una vez sacados a todos los animales, vaciaremos el acuario lo máximo posible hasta dejar el sustrato sumergido en la cantidad mínima posible.Si trasladamos el acuario lo moveremos con el sustrato y esa cantidad de agua en su interior y si cambiamos de acuario recuperaremos el sustrato, o al menos cuanto podamos manteniéndolo húmedo en garrafas de transporte por ejemplo.

El traslado conviene hacerlo a la mayor brevedad posible. Cuanto más tiempo pase mayor será la colonia bacteriana que se pierda. No obstante conviene no dramatizar y tomárselo con calma.

Lo primero que colocaremos de nuevo será el sustrato con el agua que hayamos recogido junto a él. Conviene añadir bacterias heterotróficas para ayudar a eliminar los desechos orgánicos y compensar la pérdida de parte de la colonia bacteriana. Seguidamente rellenaremos parcialmente el acuario con el agua recogida y almacenada, colocaremos un calentador interior y una bomba de circulación para que ayude en el intercambio gaseoso.

A nosotros nos gusta rellenar el 50% del acuario con agua nueva ya que así meteremos menos silicato en la instalación y las plagas de algas diatomeas que están por venir serán más llevaderas.

Es más sencillo colocar la roca viva y los invertebrados con la urna a medio llenar. Los corales no requieren de aclimatación por lo que una vez comprobada la temperatura del agua podemos disponernos a introducirlos sin mayor riesgo para su salud.

Con la roca viva, el sustrato y los invertebrados dispuestos en su lugar final, procederemos a llenar por completo la urna. De momento que el rebosadero y el skimmer estén funcionando no están importante, lo fundamental es la temperatura y el intercambio gaseoso. Obviamente el agua que usamos para rellenar estará realizada con anterioridad con niveles de temperatura y densidad similares a la que ya se halla en el acuario. Que a nadie se le ocurra añadir agua de osmosis por un lado y la sal por otro directamente al acuario porque nos cargaremos todo.

Teniendo el acuario completamente lleno de agua y ajustada su temperatura, procederemos a aclimatar a los invertebrados “sumergidos”, los invertebrados no sésiles como gambas, estrellas o caracoles y a los peces. Conviene aclimatarlos sin las luces encendidas para mitigar su estrés. Durante los primeros días de nuevo rodaje conviene ajustar el fotoperiodo e irlo aumentando según se vaya consolidado el acuario para no ponérselo fácil a las algas que pudieran aparecer.

Cuando todos los animales estén en el tanque con las bombas de movimiento y el calentador funcionando hemos terminado los más complicado. La puesta en marcha del sump podemos dejarlo incluso para el día siguiente… lo único que hay que tener en cuenta es que cuanto más tiempo pase sin espumador, mayores nutrientes se concentrarán en el acuario y por tanto es factible que aparezcan plagas de algas filamentosas o cianobacterias en un corto periodo de tiempo. Para reducir su presencia utilizar resinas anti fosfatos y silicato será lo más recomendable.

Siguiendo estas sencillas pautas el traslado o cambio de acuario no tiene que suponer mayor problema que las horas de trabajo que supone. Es importante no olvidar no estresar a los animales y tratar de mantener cada invertebrado y cada roca viva lo más húmeda posible.