Este artículo complementa a nuestro artículo publicado con anterioridad titulado “aclimatación de peces y el acuario de cuarenta”. Hemos considerado de interés ampliarlo con algunos consejos que podemos daros en función de nuestra experiencia para aclimatar nuevos peces e invertebrados con mayor garantía de éxito y así evitarnos sorpresas desagradables. Al igual que en el anterior apuntamos en el debe hablar un día de la selección del pez sano en nuestro comercio de confianza.
Una de las mayores causas de estrés y por tanto de muerte entre los peces marinos es una aclimatación inadecuada o unas condiciones demasiado agresivas en el acuario en el que van a ser mantenidos.
El pez marino, no debemos olvidar, antes de llegar al comercio pasa una verdadera odisea en su captura y traslado. Este «trajín» en la mayor parte de los casos elimina su resistencia y defensas naturales. Por esta razón es muy común que animales aparentemente sanos y alimentándose perezcan sin encontrar una causa que lo motive. Este motivo hace imprescindible que los animales que compremos pasen un periodo prudencial de adaptación en el comercio donde puedan recuperarse, alimentarse y retornar a un nivel bajo de estrés. Si no tenemos en cuenta esta precaución las probabilidades de que el animal muera se ven incrementadas.
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Aclimatación de peces marinos El primer factor de estrés para un pez es la propia luz del cuarto donde está instalado el acuario y las luces del propio acuario. En el caso de animales que han sido mantenidos durante el traslado en total oscuridad lo mejor que podemos hacer es permitir una aclimatación paulatina a la luz de la habitación. Para ello mantenemos la caja de poliespan de transporte destapada durante 10 o 15 minutos. Si fuese un animal adquirido en el comercio y trasladado por nuestros medios durante un trayecto corto está precaución no suele ser necesaria con la excepción de aquellas especies más tímidas que se sirven en ocasiones en bolsas negras. La luz del acuario se debe también quitar mientras aclimatamos los peces. Con ello lograremos que los animales se encuentren más tranquilos y evitaremos problemas de temperatura. La luz la volveremos a poner pasadas unas horas durante las cuales el animal ha tenido tiempo para buscar un refugio adecuado. La temperatura; la temperatura afecta a la densidad y variaciones bruscas afectan gravemente a la regulación interna del animal. Podemos comprenderlo mejor si analizamos los problemas de corte de digestión y colapsos que produce en los humanos la entrada repentina en el agua con una temperatura muy inferior a la temperatura corporal. |
La bolsa de transporte contiene una cantidad de agua muy inferior a la del acuario por lo que se aclimatará con cierta celeridad. 10 minutos suele ser suficiente para que tenga la misma temperatura que la del acuario. No conviene alargar mucho más este proceso ya que el oxígeno presente en el agua de transporte se consume rápidamente y podemos llegar a asfixiar al animal.
Aclimatación a sales disueltas y al Ph. Los peces realizan osmosis inversa a través de su piel. Un pez marino se deshidrata permanentemente ya que el agua exterior contiene muchas más sales que en el interior de su cuerpo. Esto provoca una pérdida muy importante de agua. Cambios bruscos en la densidad o gravedad específica del agua provoca un shock osmótico cuya gravedad dependerá del estado físico del animal. Los síntomas de que se está produciendo un shock osmótico se puede apreciar por el boqueo rápido del animal introducido bruscamente. Este boqueo acelerado en muchas ocasiones provoca la muerte del animal o daños internos muy graves.
El Ph es otro factor de gran importancia. Como ya hemos comentado en algunos artículos anteriores pasar de un ph de 8 a 8,1 no supone una variación de 0,1 sino de 10. El Ph se mide exponencialmente y se simplifica a la hora de leerlo. Por esta razón dependiendo del origen del animal deberemos actuar alargando más o menos la mezcla del agua de la bolsa de transporte. Dentro de la bolsa el CO2 provocado por la respiración del animal hace disminuir la alcalinidad del agua por lo que el Ph baja rápidamente. Esta bajada de Ph en la bolsa de transporte no es dañina para el animal porque se produce lentamente. En importaciones directas del arrecife por ejemplo el Ph del agua de las bolsas de peces marinos disminuye incluso por debajo de 7.
Los animales adquiridos directamente en el comercio y trasladados en un tiempo corto al domicilio no sufren ningún cambio de Ph. Esto no quiere decir que podamos introducirlos directamente al acuario ya que seguramente los Ph del comercio y nuestra instalación sean diferentes. En aquellos casos de envíos inferiores a las 24 horas la variación de Ph suele ser también de poca importancia por lo que su aclimatación puede realizarse de forma más rápida.
Un sistema empleado en los comercios especializados para combatir estas peligrosas bajadas del Ph es empaquetar los peces con dos tercios de la bolsa rellena de oxígeno medicinal.
Llegados al acuario la técnica más adecuada para aclimatar peces marinos es la de reducir la cantidad de agua embolsada a la cantidad suficiente para el mantenimiento del animal una vez aclimatado a temperatura. A partir de ahí se va rellenando la bolsa de agua hasta que prácticamente el agua de la bolsa es el agua del acuario. Este proceso que puede durar 10 minutos garantiza, a través de la constante introducción de vasos de agua, el mantenimiento de los niveles adecuados de oxígeno disuelto y por tanto del Ph.
Por último una vez rellenada la bolsa con agua del acuario nosotros preferimos voltear la bolsa para dar salida al animal en vez de cogerlo con un salabre. Nuestra experiencia nos muestra que el estrés provocado al animal soltado de este modo es menor al igual que el riesgo de quedar enganchado, sobre todo manipulando especies con aletas protuberantes como peces ángel, cirujanos o similares.
Compañeros del acuario: El resto de animales que puebla el acuario juega un papel fundamental en la adaptación del nuevo animal. Es por ello por lo que además de una elección acertada mantener la luz apagada durante unas horas y disponer de una decoración que ofrezca suficientes recovecos y escondrijos garantizará la viabilidad de nuestra nueva adquisición. Debemos tener presente que un animal en situación de estrés por el traslado e instalación en situación de acoso tiene muchas más probabilidades de perecer.
Aclimatación de invertebrados marinos.
Antes de detallar las técnicas adecuadas de aclimatación debemos distinguir entre tipos de invertebrados: Un primer grupo formado por los corales y un segundo grupo formado por el resto de animales.
Los corales dentro de sus especies y variedades no son sensibles a las variaciones bruscas de Ph ni cambios importantes en la densidad ni alcalinidad del agua. Si lo son a largo plazo impidiendo su óptimo desarrollo unas condiciones inadecuadas de mantenimiento. Para entender al completo esta afirmación debemos tener claro que el acuario receptor de los animales es mantenido en las condiciones adecuadas y con unos parámetros normales dentro de lo que entendemos son óptimos para un acuario de arrecife.
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Es importante eliminar la iluminación durante la fase de aclimatación… no por estrés sino por temperatura. Las bolsas en proceso de aclimatación colocadas muy cerca de la superficie se abrasarán inevitablemente bajo la iluminación, sobre todo en caso de bombillas HQI. En la aclimatación a la temperatura procederemos como con los peces. 10 o 15 minutos bastarán para igualar la temperatura de la bolsa a la temperatura del acuario. Llegado a este punto ya podemos introducir a nuestro nuevo animal en el acuario. Pero en realidad es tan sencilla esta afirmación? La respuesta es que sí pero debemos tener en cuenta el tipo de animal que estamos manipulando: Todo coral blando y aquellos corales duros de pólipo corto denominados SPS pueden ser extraídos fuera del agua sin riesgo alguno. |
Sin embargo los denominados LPS o corales de pólipo largo como gonioporas, euphyllias, alveoporas, fungías y similares han de ser introducidos en el acuario sin que entren en contacto con el aire. El motivo es que si se extrae uno de estos animales fuera del agua con los pólipos extendidos y atrapa una burbuja, ésta le provocará una infección bacteriana con alto riesgo de pérdida del animal.
El resto de invertebrados no considerados como corales debe ser aclimatado de forma similar con la atención de que su aclimatación sea todavía más pausada. La forma de rellenar la bolsa con agua del acuario es perfectamente válida.
Deberemos tener en cuenta a la hora de introducir nuestro animal los problemas de las burbujas de aire que afectan sobre todo a almejas filtradoras, erizos y similares. Por eso la técnica de llenar completamente la bolsa y voltearla es la forma más adecuada de introducir nuestros nuevos animales con mayor garantía de éxito.
Finalizaremos el breve apunte de este artículo hablando de las anémonas y las macro algas. Las anémonas son seres delicados que una vez aclimatados viven mucho tiempo. La razón de los problemas de su aclimatación radica en el cambio de agua interno que realizan estos animales en cada aclimatación. Una anémona realiza una cambio integral y aquí radica precisamente su momento delicado. Si lo realizamos de forma similar a los peces pero alargando un poco más el tiempo entre vaso y vaso garantizaremos en casi todos los casos su adaptación. Si la anémona viniera tocada del viaje a pesar de una correcta aclimatación es compleja su viabilidad.
Las macro algas para finalizar cabe explicar que tienen el mismo proceso de aclimatación que una planta de agua dulce… es decir ninguno. Las macro algas presentan prácticamente una nula sensibilidad a las condiciones acuáticas siempre que estas se encuentren dentro de las condiciones adecuadas para su mantenimiento. Por esta razón podemos introducirlas directamente sin aclimatarlas a temperatura ni parámetros acuáticos. Insistimos en lo de las condiciones adecuadas… las macro algas aunque no sean sensibles a desviaciones puntuales de las condiciones del medio mueren cuando éstas son muy diferentes de las necesarias para su mantenimiento.