El Cypraea tigris pertenece a la familia Cypraeidae y también puede ser denominado bajo los seudónimos Cypraea flavonitens, Cypraea hinnula, Cypraea ionthodes, Cypraea russonitens y Cypraea zymerasta
El Cypraea tigris es un molusco gasterópodo marino que puede llegar a medir 15 cm. La localización natural de esta especie se encuentra en el suelo oceánico del Indo-pacífico, pasando por Micronesia y Polynesia, el mar de Coral y alrededor de las Filipinas. Lo encontraremos a lo largo de la costa norte australiana y la costa este Africana incluyendo Madagascar.
Las profundidades que frecuenta se comprenden entre los 10 y 40 m, regularmente asociado a colonias vivas de coral, como la Acróporas mesa, arrecifes y fondos arenosos. No obstante es difícil de ver y poco abundante debido a las prácticas irrespetuosas con su hábitat como la pesca con dinamita y la colecta desmesurada y muy apreciada por los coleccionistas.
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Su concha es larga y fuerte con forma de huevo, posee puntos negros sobre un fondo blanquecino. A diferencia de otros Cypraea, la superficie de la concha mantiene un aspecto pulido y característicamente brillante. Algunas veces podemos encontrar en la superficie dorsal una línea rojiza que recorre la concha a lo largo. Los bordes inferiores son redondeados y el lado ventral es blanquecino. Además, la abertura de la concha se perfila con protuberancias en forma de dientes de sierra. Como casi todos los Cypraea tiene dos extensiones laterales en forma de manto que pueden cubrir completamente toda la concha hasta la línea dorsal. La superficie de este manto se caracteriza por numerosos salientes puenteados en blanco. Hay que tener en cuenta, que existen muchas especies de caracoles marinos y no se debe generalizar en su alimentación, los hay herbívoros, carnívoros, omnívoros, detrívoros…. |
Los del género Cypraea aunque se consideran herbívoros ,que obtienen su alimento en las algas que crecen en nuestro acuario pegadas a piedras u otras superficies, en muchas bibliografías se comenta que en su etapa adulta pueden virar a carnívoros llegando a alimentarse de pequeños invertebrados. De todas formas en un acuario maduro, no será necesaria la alimentación externa, ya que sobrevivirá en el propio ecosistema generado.
Su comportamiento en nuestro acuario alternará movimiento y reposo. Hay que tener en cuenta que un exceso de decoración nos dificultará localizar y disfrutar de nuestro molusco.
Y a su vez, no se recomienda introducirlo en acuarios coralinos, ya que puede dañar directa o indirectamente nuestras colonias. Aunque no se alimente de ellas directamente, su forma de desplazarse puede perjudicarlas.
Ficha realizada en colaboración con Rocío Junco Fernández
Acuarista Senior con especialidad en Aguas Cálidas / Lda. Química